@Antonio Fernández. Barcelona 28/10/2011 (06:00h)
Ser esposa del presidente de la Generalitat tiene sus ventajas. Por ejemplo, que a una la puedan nombrar presidenta de un salón de la Fira. Eso es lo que le ha pasado a Helena Rakosnik, casada con Artur Mas desde 1982. Este miércoles, fue designada presidenta del Festival de la Infancia, que abrirá sus puertas del 27 de diciembre al 4 de enero. La perjudicada ha sido la actriz, modelo y empresaria Judith Mascó, que había ejercido el cargo (“con gran dedicación”, apostillan desde la Fira) durante las últimas siete ediciones. Es decir, desde que CiU fue desalojada de la plaza de Sant Jaume en las autonómicas.
El nombramiento lo realiza el consejo de administración de la Fira de Barcelona, que preside Josep Lluís Bonet. El consejo general, sin embargo, está en manos del alcalde de Barcelona, Xavier Trias y tiene como vicepresidente primero al consejero de Empresa y Ocupación, Francesc Xavier Mena, y como vicepresidente segundo al presidente de la Cámara de Comercio, Miquel Valls. Una cúpula, pues, eminentemente política... y casi monocolor.
En principio, no habría de tener nada extraño la elección de Helena Rakosnik como responsable política del Festival. A lo largo de su vida fue maestra en diversos centros educativos y es empleada de la empresa pública Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB). Su cometido es organizar tours privados del Bus Turístico, el Tranvía Blau y el Teleférico de Montjuïc para colegios, empresas o grandes grupos. Y compagina su trabajo con algunas otras actividades, como la vicepresidencia del Banco de Alimentos de Manresa o de la Fundación Rosa Oriol. También es patrona de la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios y de la Fundación Orquestra Simfònica del Vallès.
Pero nombrar a un familiar tan directo del ‘president’ para un cargo de tanta vistosidad desalojando a una profesional que lo había desempeñado con “gran dedicación” durante siete años huele a maniobra puramente política, y así se comenta en círculos empresariales, sociales y políticos.
En realidad, no es la primera vez que la elección de familiares para cargos de responsabilidad levanta ácidas críticas. No está lejos el pequeño escándalo que se formó tras la vuelta de CiU a la Generalitat y saberse que tres esposas de altos dirigentes convergentes encontraron inmediatamente un puesto de trabajo con cargo a las arcas públicas: Assumpta Farran, esposa del diputado en el Congreso Pere Macias, designada directora general de Calidad Ambiental; Meritxell Lluís, esposa del diputado Josep Rull, nombrada asesora en materia de relaciones con las entidades locales; y Núria Burguera, esposa de Enric Ticó (presidente de Ferrocarriles de la Generalitat), designada directora de comunicación del Puerto de Barcelona. Y a ellos se les añade Oriol Puig, hermano del consejero de Interior, Felip Puig, que fue nombrado director del Servicio Meteorológico de Cataluña. O sea, que el caso de Helena es un suma y sigue.
Hay, sin embargo, un dato curioso: durante la etapa de Jordi Pujol como ‘president’, la cabeza visible de este Festival era su propia esposa, Marta Ferrusola, que sólo lo dejó cuando su partido fue desalojado de la Generalitat. Los paralelismos de Mas con Pujol, pues, son inevitables. Y ponen de actualidad la dura disciplina impuesta durante la última década al líder convergente para convertirlo en un auténtico líder.
Sagas familiares en la Generalitat
Pero los paralelismos van más allá. Pujol también tuvo a otros familiares cerca de él en la Administración. Antoni Subirà, primo político, fue consejero de Industria, mientras que Joaquim Pujol i Figa, primo carnal, fue secretario general de Presidencia. Y luego, tuvo a un jovencísimo Oriol Pujol escalando puestos en el Gobierno hasta ser secretario de Industria. Artur Mas no tiene aún tantos familiares en la Administración.
Pero los restantes hijos de Pujol sí dieron que hablar y hubo interminables polémicas tanto por oscuros informes encargados a las empresas en que participaban como por la larga mano que se adivinaba detrás de algunas decisiones gubernamentales. Artur Mas tampoco tiene a tantos familiares en la sombra, pero su cuñado sí ya ha sido pasto de polémica.
En abril de 2002, Juan Antonio Rakosnik, hermano de Helena, había sido nombrado coordinador de los sistemas de informática del Departamento de Agricultura, cargo del que fue desalojado con la llegada del ‘tripartito’, porque, entre otras cosas, ya había un responsable informático que era funcionario. En realidad, Rakosnik dependía de una empresa ajena que se había hecho con el servicio y era coordinador informático del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI), organismo de la Generalitat, en la que su cuñado ocupaba entonces el puesto de conseller primer. En el organigrama de empresas públicas, el cargo de coordinador estaba entonces remunerado con alrededor de 100.000 euros anuales. De hecho, en su actual currículum mantiene su cargo histórico de “Coordinador Agricultura en Centre de Telecomunicacions i Tecnologies de la Informació”.
Pero el mal sabor de boca se le ha pasado ya, puesto que con la vuelta de su cuñado, esta vez como ‘president’, se le ha encontrado un nuevo acomodo: Responsable de Calidad de Servicio en la Consejería de Territorio y Sostenibilidad. Eso es lo que pone su actual currículum, incluso en un sitio tan público como Linkedin. Esta ocupación, sin embargo, le viene porque para realizar esta labor de supervisión la Consejería contrató a la empresa de la que forma parte Rakosnik, Microsistemas SA. Los rumores de nepotismo, pues, ya han comenzado a correr como la electricidad en algunos círculos políticos.