A menos de cien días de haberse instalado en la Moncloa, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recibió este domingo el primer varapalo a su gestión en forma de revés electoral. Los conservadores ganaron las elecciones en Andalucía, pero Javier Arenas no logró la mayoría absoluta que le auguraba casi todos los sondeos y que le abría la puerta del gobierno regional, con el que ya se contaba en el PP. El candidato logró un triunfo insuficiente para gobernar y se quedó a cinco escaños de conseguir la vía libre hacia un cargo que ha estado en manos de los socialistas durante todo el periodo democrático. En este escenario, la gobernabilidad andaluza podría quedar resuelta con una posible alianza de izquierdas entre PSOE e IU. En Sevilla, Arenas calificó el resultado en su comunidad de "hecho histórico" y garantizó que su partido iba a estar a partir de ahora "a la altura de las circunstancias".
En Asturias, la candidata Mercedes Fernández 'Cherines' no logró hacerse con la mayoría del voto conservador y, aunque igualó el resultado en escaños conseguido en los comicios de marzo, perdió más de 12.000 sufragios. Así, el PP no consiguió su objetivo de acumular más poder de cara a una posible alianza de centro-derecha en el Principado con el Foro Asturias de Francisco Álvarez-Cascos, que obtuvo 13 actas, tres menos que en los comicios de mayo de 2011.
De hecho, Fernández reconoció que los resultados electorales no habían sido "buenos" para el PP en Asturias y reiteró su "disposición al dialogo" de cara a posibles acuerdos. A este aspecto también se refirió la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que calificó de "importante" para su partido "garantizar la gobernabilidad de Asturias".
La de este domingo fue, por tanto, una noche "de sorpresas" en el cuartel general de los conservadores, donde Rajoy siguió el escrutinio acompañado por su número dos, Soraya Saénz de Santamaría, así como por varios ministros y dirigentes de su partido como Ana Mato, José Ignacio Wert, Jorge Moragas o Carlos Floriano. El presidente, que emprendió esta una madrugada un viaje a Seúl en el que tendrá un primer contacto con su homólogo norteamericano Barack Obama, no hizo declaraciones a la prensa. Sí compareció la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que evitó buscar en este resultado una censura a los recortes del Gobierno o a una reforma laboral impopular.
Así, insitió en definir la victoria de Arenas como de "triunfo histórico" y resaltó que unas elecciones generales "no son iguales que unas autonómicas". En este sentido, recordó que el Ejecutivo continuará con unas reformas que cree "imprescindibles" para la recuperación económica. "Hablaremos de lo que el señor Arenas quiera", respondió la dirigente conservadora preguntada sobre el futuro del candidato, que este domingo intentó por cuarta vez hacerse con el liderazgo de la Junta.
A pesar de los resultados que arrojaron las urnas en Andalucía y Asturias, Cospedal reiteró que en España "el cambio es imparable" y afeó a PSOE e IU que hablaran como si hubieran resultado vencedores de los comicios andaluces. No obstante, fuentes del PP sí reconocieron haber "dado por fácil algo que es difícil", en relación a sensación de victoria que imperaba en el partido sobre los resultados electorales en Andalucía. En cualquier caso, estas mismas fuentes insistieron en que, a pesar de lo que pueda pasar en el futuro, los conservadores habían ganado las elecciones. "No es sencillo pasar de la oposición a la mayoría absoluta", concluyeron